Le hemos hablado mucho de la riqueza natural y cultural del verde norte de España, incluida la región de Cantabria. En sus montes y montañas aún se conservan vastos e impresionantes bosques de robles, encinas, castaños, hayas, olmos, arces y fresnos autóctonos. Sin embargo, ni siquiera muchos españoles son conscientes de que esta verde tierra también alberga un asombroso bosquecillo de cipreses del género gigante más comúnmente asociado con el norte de California (EE.UU.): sequoia sempervirens – secuoyas rojas (también conocidas como secuoyas de California).
Esta es la historia. En la década de 1940, una fábrica de papel en el municipio rural de Cabezón de la Sal, a las afueras de la pequeña ciudad del mismo nombre y a media hora al suroeste de la capital de Cantabria, Santander, necesitaba una nueva fuente de materias primas a largo plazo, y la dictadura aislacionista de Franco de la época buscaba reducir la dependencia de las importaciones. Así que se decidió plantar más de 800 secuoyas rojas en una parcela de 2,5 hectáreas (seis acres) en la ladera de una colina.
Son los árboles más altos del mundo, de rápido crecimiento y capaces de vivir miles de años (el nombre del género sempervirens significa “vivir para siempre”), y a medida que la industria forestal local evolucionaba, las secuoyas rojas del monte Cabezón dejaron de ser necesarias. En 2003 el Gobierno de Cantabria declaró este diminuto bosque “espacio natural protegido”, y en la actualidad este majestuoso oasis arbóreo ofrece a los visitantes amantes de la naturaleza la impresionante experiencia de pasear entre unos 850 gigantescos árboles de hoja perenne, que en la actualidad alcanzan una media de 36 metros de altura, llegando en algunos casos a superar los 50 metros, con una circunferencia media de 1,6 metros.
EL VALLE DEL RÍO ARGOZA Y EL BOSQUE DE SECUOYAS
El bosque de secuoyas del Cantábrico, en Cabezón de la Sal, es un espectáculo poco común en España. Está lleno de coníferas típicas de lugares como California. Sus más de 800 ejemplares tienen una altura media de 36 metros, y aún son jóvenes. Los árboles, que se plantaron en la década de 1940, alcanzarán algún día la misma enorme estatura que sus parientes estadounidenses.
Aunque los árboles son hermosos, no se plantaron con fines estéticos. Están aquí porque cuando España estaba aislada durante el reinado de Francisco Franco, el país necesitaba asegurarse un sólido suministro de árboles para la madera, ya que el gobierno no quería recurrir a la importación de materias primas. Se eligieron las secuoyas porque su madera es de buena calidad, ligera, fácil de trabajar y con un bonito tono rojizo.
En lugar de talar estos árboles, el gobierno optó por cosechar especies de crecimiento más rápido como el pino o el eucalipto. Así, este bosque de secuoyas pudo prosperar. Y, como las secoyas pueden vivir más de 1.000 años, este bosque es todavía increíblemente joven, lo que significa que los árboles seguirán creciendo aún más y serán más impresionantes.
Parque de Santa Lucía – Camino a San Roque
Bosque de SecuoyasContactoEl Bosque de Secuoyas del Monte Cabezón es un Espacio Natural Protegido de Cantabria, designado como Monumento Natural e incluido en la Red de Espacios Naturales Protegidos de Cantabria.
En esta superficie de 2,5 hectáreas permanecen hoy 848 ejemplares de secuoyaLa parcela de secuoyas del Monte Cabezón fue plantada en la segunda mitad de la década de 1940. Aunque su presencia en este entorno costero pueda parecer inesperada, su existencia se debe a las circunstancias particulares de un periodo de la historia marcado por las políticas autárquicas del régimen. Las secuoyas del Monte Cabezón fueron plantadas en este contexto. Hoy perviven como reflejo de aquella política forestal, de aquellos tiempos económicos y de aquella actividad experimental que buscaba las especies maderables más adecuadas para satisfacer las necesidades de la producción industrial.
En esta zona de 2,5 hectáreas quedan hoy 848 ejemplares de secuoya, con una altura media de 36 metros y un perímetro medio de 1,6 metros, así como 25 ejemplares de Pinus radiata. Forma parte del espacio natural del monte Las Navas, en el Monte Cabezón, en Cabezón de la Sal.
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Los gigantescos bosques de Sequoia tienen sus versiones exportadas e implantadas en diferentes partes del planeta. Por ejemplo, hace muy poco conocí un bosque de secuoyas en Rotorua, Nueva Zelanda, que en “sólo” cien años se ha desarrollado de forma impresionante, alcanzando varias decenas de metros de altura. Algo parecido está ocurriendo en un rincón de España: Quizá muchos desconozcan (sobre todo fuera de esta comunidad autónoma) que en Cantabria existe un bosque de secuoyas en plantación que, aunque no es muy extenso, no deja de ser llamativo.
El Bosque de Secuoyas del Monte Cabezón se encuentra en las inmediaciones de la cabeza de sal, y su origen se debe al desarrollo de una plantación experimental en 1940 en la época de la dictadura franquista. El resultado del experimento es un actual espacio natural protegido de bosque cántabro con algo más de 800 ejemplares de secuoyas que se han adaptado perfectamente al medio:
Los árboles alcanzan actualmente alturas de hasta 40 metros, muy lejos de su potencial, y mucho más allá de los 106 metros de altura de algunas secuoyas del Parque Nacional de Humboldt Redwoods en Estados Unidos. Sin embargo, no por ser menos, deja de ser un lugar para sorprenderse extrapolado directamente de los bosques californianos a un rincón lejano de la península.
¡Increíble la diversidad de sequoias mencionadas! ¿Cuál es tu favorita? 🌲🌳
¡Las secuoyas son tan majestuosas! ¿Quién más quiere ir de excursión allí? 🌲🌳🌿
¡Vaya! No puedo creer que hayan actualizado el Parque Sequoias en Cantabria para el 2024. ¡Ya quiero visitarlo!
No entiendo por qué todavía no han construido un parque de secuoyas en mi ciudad. ¡Se ven increíbles!