Parador cantabria
¿Le apetece pasar sus próximas vacaciones en España en un tesoro nacional? El Parador de Santillana Gil Blas, situado en la pequeña ciudad de Santillana del Mar, en el norte de España, está ubicado en un monasterio, algunas de cuyas partes se remontan a principios de la Edad Media. En este romántico e histórico hotel encontrará un ambiente maravilloso, un lujo discreto y un gran servicio de 4 estrellas.
Este parador es un hotel único e histórico situado en el casco antiguo de Santillana Gil Blas. Aquí, en el centro de un sitio de patrimonio mundial, se encuentra el antiguo monasterio de Barreda-Brachos, que hoy se utiliza como hotel. Por ello, el propio hotel de 4 estrellas está bajo la protección del patrimonio nacional, ya que los orígenes de la propiedad se remontan al siglo VIII. Todo ello hace que en el Parador de Santillana Gil Blas se respire un magnífico ambiente histórico. Suelos de madera, gruesos muros de piedra, vigas de madera vista e innumerables arcos definen la arquitectura. Paralelamente, la decoración de este hotel de 4 estrellas se compone de varias antigüedades y objetos decorativos de diferentes épocas. Además, elementos restaurados y ampliados adornan las paredes de muchas de las habitaciones. Reforzado por los innumerables y centenarios edificios del casco antiguo de Santillana Gil Blas. Aquí descubrirá un ambiente histórico que confiere a unas vacaciones en Cantabria una total singularidad.
Parador oviedo
Este moderno hotel de montaña está situado en las estribaciones de los Picos de Europa y se abre al fértil valle de Liébana, donde la naturaleza se muestra en todo su esplendor. Rodeado por la imponente cordillera, los bosques y las laderas, en una comarca salpicada de tranquilos pueblos de montaña, este recinto traslada a sus huéspedes a un viaje en el tiempo. Su estilo clásico de montaña, con muebles de madera y cuero, recrea la tan querida calidez del hogar. Todas las habitaciones se abren a grandes ventanales que ofrecen impresionantes vistas a la montaña con las que los huéspedes pueden despertarse. El encantador restaurante es el lugar donde se pueden saborear platos típicos cántabros, como el cocido lebaniego y el chuletón con salsa de Treviso. En él los huéspedes también pueden degustar los excelentes vinos de la zona y solicitar almuerzos para llevar a la montaña. Situado justo al lado del teleférico que sube al mirador de Áliva, el hotel es el punto de partida perfecto.
Paradores España
Todas las reservas se hacen en US$ y el cargo a su tarjeta de crédito se hace en US$ SIN cargos internacionales (para tarjetas de EEUU) Sus tarifas NO AUMENTARÁN una vez procesado el pago de la reserva pase lo que pase con los tipos de cambio
En medio de la imponente verticalidad y el idílico paisaje de las montañas del Parque Nacional de los Picos de Europa se encuentra el Parador de Fuente Dé, situado cerca del famoso teleférico de esta pequeña localidad. El Parador es una puerta de entrada a mágicos bosques, laderas de montaña y miradores que conforman un paraíso natural de incomparable belleza. Este moderno hotel de montaña está situado en el barrio de Liébana, en la base del teleférico que sube al mirador de Áliva. El interior es cálido y acogedor, y platos tradicionales cántabros como el cocido lebaniego y el solomillo con queso de Tresviso son una magnífica forma de reponer fuerzas tras volver de una excursión por la zona.
Disfrute de uno de los mayores conjuntos de patrimonio románico de Europa: en la Montaña Palentina, al norte de la Cordillera Cantábrica, podrá visitar los Picos de Europa y el Parque Nacional.
Parador de ribadeo
El Parador de Limpias se encuentra en la finca del Palacio de Eguilior, que fue la sede de verano del Consejo del Rey Alfonso XIII. El palacio perteneció a Don Manuel de Eguilior, el Conde de Albox, y se atribuye al arquitecto Emilio de la Torriente.
El Parador de Limpias se encuentra en la finca del Palacio de Eguilior, que fue la sede de verano del Consejo del Rey Alfonso XIII. El palacio perteneció a Don Manuel de Eguilior, el Conde de Albox, y se atribuye al arquitecto Emilio de la Torriente.
El palacio es un gran edificio cuadrado con cuatro pseudotorres en cada esquina, ninguna de las cuales es muy alta. Construido en estilo rústico, destacan la mampostería de sus muros (que contrasta con los sillares de las esquinas) y, sobre todo, los grandes balcones y la puerta de entrada con un toque de modernismo.
Ubicado en un edificio que refleja el estilo arquitectónico típico de la región, y en completa armonía con su entorno, el Parador ofrece todos los servicios correspondientes a un establecimiento de su categoría, con el valor añadido de una amplia zona arbolada y de jardines, piscina de temporada y pistas de tenis y pádel, todo ello en un terreno de unos 55.000 m2.